Descripción
Queso de cabra está elaborado con leche cruda de cabras, cuajo de cabrito y sal, recubierto con aceite de oliva virgen extra procedente de la comarca de La Siberia. Nada más. Sin otros conservantes ni aditivos químicos.
El proceso de elaboración del queso se realiza mediante un proceso de coagulación. Dicha coagulación es predominantemente enzimática, utilizando para ésta cuajo animal natural de cabrito. Tras la coagulación se pasa a los moldes definitivos donde se prensa y voltea para dar uniformidad a la pieza y retirar todo el lactosuero generado.
Una vez extraído el lactosuero, viene el proceso de maduración en condiciones controladas. Esta maduración tiene una duración mínima de 60 días durante los cuales las levaduras lácticas actúan hasta conseguir el estado deseado para salir al mercado.
Durante esa maduración, se procede a aplicar un recubrimiento de aceite de oliva virgen extra, como método tradicional de controlar los mohos y levaduras naturales que crecen en la corteza de los quesos. Es un método que ya utilizaban los abuelos de nuestros abuelos para conservar sus quesos. Actualmente también se utiliza para realzar la vistosidad del producto.
El queso de cabra, de tipo pasta prensada, ofrece una corteza natural de color amarillo pasto agostado, con alguna mancha provocada por la maduración con sus propias levaduras. El color de la pasta, al cortarlo, es de color blanco intenso con un cerco muy poco marcado. La pasta es firme, compacta con muy pocos ojos, éstos de origen mecánico. Olor limpio, láctico, con aroma sutil de nuez. Sabor agradable, ligeramente ácido, tocado con destellos dulces de hierbas silvestres.
La leche proviene de cabras de las razas Verata y Retinta Extremeña.
Es un producto sin conservantes, por tanto es recomendable que una vez abierto sea envuelto en un paño de algodón humedecido para que no se reseque en exceso.
El peso indicado es un valor medio, por lo que puede variar, ya que las elaboraciones son artesanales.